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Recaída

David trae las pastillas que siempre tomo cuando me duele el pie y al poco tiempo me quedo dormida.

Estoy en mi lugar favorito en el mundo: La competencia internacional de parejas en patinaje sobre hielo.

Un lugar muy luminoso me espera, bien sea por las lámparas que cubren la pista, como los flashes que disparan desde las gradas.

Miro a mi compañero y sonreímos mutuamente, está es mi persona favorita en mi lugar favorito.

— ¡Sí! ¡Vamos Sofía y Julián, si pueden, si pueden! —gritaban desde las gradas.

Estaba volando en el aire y así me sentía.

Mi motivación de practicar más de tres horas diarias mi rutina era este momento. Momento en el que estaba mostrando mi rutina al público y este se asombraba por ella.

— Tu puedes Sofía dice —decía Julián mientras me agarra de la cintura ayudándome a impulsar — Lo hacemos perfectos.

Soy lanzadas por el aire pero cuando estoy en este, el lugar que era iluminado por miles de flashes desaparecen encontrándome con un lugar muy oscuro.

Quedo suspendida en el aire y desde allí escucho personas gritando por ayuda. Caigo al suelo y busco a mi compañero en la oscuridad.

— ¿Julián? ¿Dónde estás? ¡¿Julián?! — lágrimas corren por mi rostro.

Busco y grito llamando a Julián, pero no lo encuentro hasta que siento unas manos que tocan mi pierna.

Julián está tirado en el suelo lleno de sangre.

— No te preocupes por mí, se feliz y yo también lo seré —dice intentando sonreír, pero no lo logra. El dolor que muestra su rostro no lo permite.

— ¡No! —gritó incorporándome en la cama.

Mis manos tiemblan, mientras que las lágrimas corren por mis mejillas.

Segundos después aparece mi hermano asustado.

Sabía la causa de mis gritos, los recuerdos habían regresado.

Sus brazos me reciben, mientras mi llanto aumenta.

Duele como la primera vez.

David no intenta tranquilizarme. Y no es porque no quiera, sino porque no sabe cómo hacerlo con palabras. Solo me abraza en silencio hasta que vuelvo a dormirme o finjo hacerlo.

Así fue mi noche. Una como varias que he vivido anteriormente.

(…)

Intente calmar a mi hermano, para que fuera a la escuela sin ninguna preocupación relacionada a mi estado emocional, ya que sabía el porqué de mis gritos y que yo estaría todo menos bien.

Sin embargo, después de prometer mil y una vez que estaré bien y que me llamará cada vez que finalice su clase, estoy con el servicio de la casa.

Las horas pasan y mi aburrimiento aumenta más cuando no puedo hacer muchas cosas por la molestia en el tobillo. No he querido ir al hospital, ya que sé lo que me dirán y cuan intensa estaría mi madre.

Narra David

Estoy merendando tranquilamente la comida que mejor me queda, cuando me toca cocinar —cereales — ya que el servicio en la casa no está disponible a las tres de la mañana. Estoy concentrado en mi tarea hasta que escucho un fuerte “no” desde la habitación de Sofía.

Sé cuál es su razón, así como también sé que debo correr para darle consuelo, ya que probablemente está llorando. Ojala no sea eso, otra vez.

Entro a la habitación y la probabilidad de que no sea lo que pensaba desaparece. Volvió a recordarlo. Y lo más preocupante es que con su incapacidad médica que tendrá por el tobillo no vendrá al colegio conmigo, lo que quiere decir que no podrá ni distraerse con su amiga ni yo podré estar pendiente de ella

.

Mal, muy mal. Sin contar que mi madre no vendrá hasta el próximo mes, así que tendré que estar al cien por ciento para Sofía.

Me acerco a ella y la abrazo mientras llora. No es la primera vez que esto sucede pero aún sigo sin saber cómo aliviar su dolor. Por lo que solo me limito a abrazarla, hasta esperar que se calme.

Así pasan dos horas. Por lo que me duermo a las cinco de la mañana.

Quiero quedarme con ella, pero sé que la haría sentir incómoda, por lo que entro en conflicto ¿La dejo sola para que se tranquilice o desahogue? O ¿Me quedo con ella y la consuelo? ¿Y si me voy y le pasa algo malo? ¿Y si me quedo y le soy un estorbo? ¿Y si me dice que me vaya por qué cree que me molestará?

Muchas preguntas están en mi cabeza y no encuentro una respuesta lógica para poder tomar una decisión sabía, por lo que decido ir a clases y llamarla cada vez que haya cambio de profesor, como también regresar a casa apenas salga de la escuela.

Mi hermana me necesita y como las veces anteriores, estaré para ella.

En la escuela.

— ¡Hey Bro! ¿Cómo estás?

— Bien —me limito a decir, aún preocupado por mi hermana.

— !Oh, bien! —dice Daniel acercándose a nosotros — Pero ¿Sabes? Deberías decirle a tu cara porque al parecer no se ha enterado.

— Lo siento, pero hoy no estoy para seguir con sus bromas.

— ¿Por qué? ¿Te sucedió algo?

— Me preocupa mi hermana.

— ¿Empeoro cuando me fui?

— Sí

— ¿La llevaste al hospital? — pregunta Daniel más preocupado que antes.

Niego

— ¿Por qué no lo hiciste? Si empeoro es porque su dolor no fue por algo simple. Así que ¿Por qué no la llevaste al hospital y por qué no estas ahora con ella?

— Ella empeoro, pero no me refiero a su dolor físico.

Los chicos me observan confundidos.

Suspiro frustrado.

— Al parecer —digo rascando mi cabeza — Tiene una nueva recaída.

Los chicos me miran más confundidos que antes.

— Vamos, entremos al salón y allí les contaré.

Apenas llegamos el profesor llegó, por lo que no pudimos hablar del tema hasta la hora del descanso.

Los chicos me miraban extrañados al ver que llamaba a Sofía cada vez que cambiaban las clases. Pero no me preguntaban por ello ya que de algún modo ellos también estaban preocupados, lo demostraban preguntándome como estaba cada vez que llamaba.

Es mi hermana, pero al ser tan despreocupada y libre yo no estoy muy al pendiente de ella. Es decir, ella en sus cosas y yo en las mías. A menos que Sofía tenga una recaída, como la de ahora, es cuando la atención hacia ella es absoluta.

En el descanso

— Bueno —dice Daniel un poco impaciente — ¿Ahora si nos puedes decir que significa tanto misterio?

Yo asiento y suspiro.

Nos encontramos sentados en las gradas de la cancha de básquetbol, comiendo unos cuantos mecatos.

— Antes que nada, me gustaría preguntarles ¿Cómo describirían a mi hermana? ¿Cómo creen que es ella?

— David — me regaña Daniel.

— Es importante saberlo.

Todos suspiran.

— Yo diría que es una persona que tiene un carácter fuerte, ya que con lo que he visto, ella no se deja de nadie — comenta Daniel.

— Es una chica inteligente, pero fría. Ya que es de las que no muestra mucho sus emociones — comenta Viktor.

— A menos que esas emociones estén implicadas con hacerte sufrir —dice Luka — a excepción de la alegría por molestar a alguien, Sofía no muestra ninguna otra emoción.

— Sí, como la vez en la que tú y Esteban se besaron — dice Viktor burlándose —. Ese sin duda, fue la primera vez que la vi reír. La segunda vez fue anoche cuando se burlaba de nosotros. Tu hermana es única.

— Es valiente — comenta Daniel — Ya que no le teme a nada ni a nadie. Fría, ya que sus emociones son difíciles de conseguir y si le sumamos que es tan inteligente que cuando te va a insultar lo hace con tanta educación que no sabes si ofenderte o sentirte halagador. Ella sin duda es tremenda, nada la detiene y hace lo que quiere.

— Y si te digo que nada de lo que dijeron es mi hermana ¿Me crees?

Todos quedan confundidos y yo suspiro.

— Mi hermana era la chica más alegre de este mundo, siempre despertaba radiando alegría, saludando a todos de beso en la mejilla...

—... ¿Sofía la que detesta el contacto físico? —me interrumpen al unísono Viktor y Luka.

Daniel solo se limita a escuchar.

Yo asiento.

— Sofía era la chica ejemplar, siempre estudiosa y dedicada en el patinaje y sus pasatiempos. Ella siempre estaba pendiente de los demás.

>> En si era la chica más querida de la escuela, si de chicos se hablaba era el centro de atención y, aunque la mayoría de las chicas la odiaban por ser tan llamativa para los chicos, Sofía tenía varias amigas, cuatro para ser especifico, que con ella eran las divas y dueñas de la escuela. Dominaban todos los clubs. Si había una de ellas, ten la plena seguridad que las cuatro restantes estaban allí. Mi hermana, era por así decirlo la líder del grupo. Pero eso no la hacía arrogante, todo lo contrario, era la más accesible.

Recordar a mi antigua hermana y compararla con la de ahora, me entristece.

— Esas amigas al igual que mi hermana eran muy alegres, de ese tipo de encuentras a una persona con tu mismo desorden mental y lo vuelves tu mejor amigo, bueno, en este caso Sofía tenía cuatro mejores amigas.

>> Estas compartían todo, estaban en el mismo salón, tenían los mismo clubs de talentos, música y demás. Estaban siendo patrocinadas por la misma empresa. Es decir, eran inseparables. En patinaje sobre hielo esas cinco chicas eran inigualables.

— ¿Patinaje sobre hielo? —Preguntan Viktor y Luka al unísono y yo afirmo.

Daniel solo me dice que continúe con mi relato, mientras los demás se encuentran sorprendidos.

— Bueno, todo era perfecto, cada chica tenía su compañero ya que estaban en patinaje sobre hielo, pero en parejas. La pareja de Sofía era Julián, quien era su novio. De las cuatro amigas restantes, dos sus parejas eran sus novios y las dos restantes eran amigos.

— Sigo sin comprender ¿Que tiene que ver ''la recaída de Sofía'' con lo que dices?

— Espera, todavía no te he terminado la historia. Julián era el novio que amo Sofía' con todos sus fuerzas, si lo llevamos a los cuentos era su príncipe azul. Todo era felicidad para ese grupo de amigos hasta que un día iban todos en un auto, pero en el camino sufrieron un accidente automovilístico.

>> Según lo se nos informó, un carro cuyo conductor estaba ebrio iba a toda velocidad y se pasó un semáforo en rojo, chocando fuertemente con el carro en el que ellos iban. Nos llamaron del hospital diciendo que mi hermana estaba grave, física y mentalmente. Ya que de todos los que iban en esa camioneta la única que quedo viva fue ella, debido a que en el choque fue la menos afectada y la que alguien logró sacar del carro antes de que explotará.

— Entonces… — dice Luka con miedo de terminar la frase.

— Sí, —digo triste — Sofía vio morir a sus mejores amigas y novio. Lo más impactante es que Julián quedo gravemente herido y aun así, todo hecho sangre y dolor en todas partes, llamaba a Sofía desde debajo del asiento delantero, mientras este se incendiaba para que se fuera lejos. Sofía no lo quería dejar cuando intentaron sacarla a pesar de que no había algo que hacer.

Todo queda en silencio.

— Sofía paso por muchas noches duras, en las que despertaba diciendo que Julián entre las llamas le decía “No te preocupes por mí, se feliz y yo también lo seré”. Sueños que a veces vuelven.

— ¿Sofía continuo el patinaje y después lo dejo o…?

— Después de eso Sofía se recuperó poco a poco aunque quedó con una cicatriz en su espalda bastante grande por el accidente. Tampoco pudo continuar su sueño que era patinar. Ya que en el accidente también se lesiono el pie y, el tener todos los recuerdos de su novio y amigos en el patinaje, cada vez que los veía o entraba a una pista de patinaje el recuerdo de aquel accidente volvía, perturbando su tranquilidad.

>> Por lo que con ello, dejo el patinaje y adquirió la máscara que ahora ven. Ella se convirtió en la chica cero sentimientos y ''valiente'' que aleja a todos, para no volver a sufrir. Y aunque con ayuda psicológica ella ha podido avanzar, ya que antes no se acercaba o hablaba ni conmigo. Todavía tiene cosas que mejorar.

El miedo de que esta recaída sea fuerte, me invade.

— Sin embargo, cada vez que sueña con el accidente recae en el sufrimiento de esa vez, llorando por su novio y amigos. Lo cual hace que todo trabajo logrado, desaparezca. Anoche soñó con ese accidente y mi miedo de que recaiga y que aquí no está su psicóloga ya que nos mudamos de país, me preocupa. Mas si por lo del tobillo ahora está sola en casa.

El silencio continua.

— No podemos faltar ya que estamos en simulacro de pruebas.

Asiento. Esa fue lo que me impidió no quedarme en casa.

— Bueno, apenas salgamos de esta cárcel —dice Daniel — vayamos a cuidar de Sofía.

Viktor y Luka asienten.

Siento como un peso se me quita de encima al contar las penas por las que he pasado con mi hermana y ver como cuento con ellos. Me alegra tener amigos que van a apoyar a mi hermana y a mí.

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