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Disculpa e invitación

Aquí me encuentro con Aninka y su situación de vida o muerte. Viktor la invito al cine y no quiere ir sola por miedo a dañar la cita, pero ¿Si voy yo, no daña desde el principio la cita?

— No pienso ir a tu dichosa cita, ¿Estás loca o qué?

— Vamos Sofía, es una situación de vida o muerte para mí.

— Y se convierte en una muerte lenta pero segura para mí —absorbo del pitillo de mi vaso la gaseosa y la miro a los ojos mostrando mi obviedad— Dime Aninka, ¿Cuándo has visto tú una cita de tres? —Va a responder pero la interrumpo — Y que funcione.

Eso sirve para cuestionarse unos segundos. Digo segundos porque después de estos sus ojos se iluminan y su cara expresa como si la solución a todos sus problemas se mostrará en ese momento.

— ¡Tengo una idea! Invitemos a mi hermano o a tu hermano para que te acompañe.

Cuando creo que no se le puede ocurrir una locura más grande que la anterior, abre su boca y me sorprende.

— Mi hermano se burlaría de esta locura, dañaría la cita nivel Dios y en caso de que viniera nos acompañaría a ambas, recuerda que la de la cita eres tú.

— ¿Y mi hermano?

— No sé si sea buena idea, él no me cae bien y recuerda que el grupo de Daniel en el que sí no recuerdas está Viktor se “odia” con el de tu hermano —enfatice en el odio, porque aunque sería normal definirlos así por su constante rivalidad, les falta mucho para detestarse. Ya que a mi parecer son dos niños orgullosos (Esteban y Daniel) que quien sabe porque pelearon y no se reconcilian pero tampoco se odian.

— Tierra llamando a Sofía, respondan —dice mientras pasa sus manos por mis ojos, centrándome nuevamente en el ahora.

— ¿Decías?

Aninka suspira y niega con la cabeza.

— Se me acabaron las ideas y tú y tus viajes astrales no me ayudan —suspira.

Me causa risa su respuesta, al igual que a ella. Pero mi risa dura menos que la suya, ya que reemplazo mi expresión por confusión.

— ¿Aninka?

— Uhmm — responde la nombrada concentrándose más en su plato de comida que en el mío.

— ¿Por qué Daniel y Esteban se tratan así?

—Yo quisiera saber lo mismo.

— ¿Entonces siempre se han tratado así? —Aninka negó — ¿Podrías explicarme? No entiendo el juego de palabras.

— Te sorprendería la cercanía que tenían ellos anteriormente —suspira — Mi hermano, Camilo y Michael se conocen desde chicos, ya que nuestras madres son amigas desde antes de que se casarán. Según lo que supe ellas eran roomies en la Universidad y aunque se casaron y tuvieron su propia familia, ellas siguieron en contacto. Por lo que Esteban, Camilo y Michael son como hermanos, hacen todo junto, desde ir a las mismas clases extracurriculares hasta molestar y hacer sus rumbas. Ya habrás notado que si tu ves a uno, los otros dos están allí.

— Es cierto. Yo creo que hasta van juntos al baño —me burlo.

— Ahora, según lo que se escuchó Daniel, Viktor y Luka además de ser primos, se hicieron muy amigos desde antes de entrar a secundaria, porqué se hicieron amigos para ese tiempo no sé, sólo sé que al igual que el trío de mi hermano, el de Daniel que ahora es cuarteto con tu hermano, son inseparables. Me imagino que ya te diste cuenta de eso, si David no está en la casa de Daniel, Viktor o Luka, ellos están en la casa de David.

— Es cierto. ¿Eso quiere decir que nunca fueron muy unidos los seis?

Aninka niega para después tomar un bocado de su comida.

— En realidad no sé porque se volvieron unidos y después se separaron. Solo sé que un día el grupo de mi hermano llegó a la casa con el grupo de Daniel, según él se conocieron en una academia de música a la que asistían, ya que los seis aman la música. Sus reuniones fueron más y más seguidas a tal punto de que ya el grupo de mi hermano y el de Daniel eran uno sólo. Salían juntos, bromeaba juntos, comían juntos, en resumen todo lo hacían juntos. Eran los inseparables —asentí—.

Aninka terminó su bebida y quedó en silencio.

— ¿Y qué pasó? —la motivo a continuar.

— Ni idea, de un día para otro comenzaron a comportarse como lo ves ahora. Así como de un momento a otro se unieron. Así mismo, se separaron —la mire confundida —. Así quedé yo al principio, pero ya me acostumbré a sus tratos. Ya han pasado dos años desde su separación, así que, aunque al principio moría por saber que había pasado entre ellos, el tiempo no contesto mis preguntas y hace rato ya no te importa la respuesta.

Regreso a casa cansada después de pasar tiempo con Aninka. Aunque literalmente me rogó para que la acompañara a su cita y no quería prestarme para eso, le dije que sí sin estar convencida de ello. Claro está, solo acepte con una condición: era estar en la cita, pero ser "invisible", es decir, ir a los mismos lugares pero ir con una distancia prudente. Suena como una persecución, pero la verdad es que con tal de que Aninka se sienta segura en su cita —cosa que no logró entender, es como el verme le da tranquilidad, si cuando ve a Viktor se olvida que yo estoy, así esté al frente suyo. Pero bueno— y que me deje en paz con su tema.

Ahora la cosa es, nunca he sido la tercera en una cita, por lo que no sé qué hacer con toda esta locura.

Estas son cosas que sólo me pasan a mí. Pero bueno.

Suena mi teléfono anunciando un nuevo mensaje. Pero lo ignoró, finalmente llegó a casa, en la cual David no está. Y es que claro, el cobarde de mi hermano seguramente se quedó en casa de uno de sus amigos con tal de no recibir mi castigo.

Tonto —pensé— Tarde o temprano le llegará.

Cierro bien la casa —ya que sin David en casa y mamá de viajes de negocios— Sólo queda el servicio y yo en la casa.

Cosa que no me da miedo, ya que regularmente estoy sola con el servicio. Pero prefiero prevenir algún problema.

Subo a mi habitación y me tiro a mi cama, estoy tan cansada que no tengo ganas de ponerme el pijama. Suena nuevamente el teléfono pero sigo ignorando los mensajes.

De seguro es Aninka que me dice que ya llegó a casa —pensé.

Vuelvo a ignorar los mensajes entrantes, intento acomodarme para dormir pero el teléfono comienza a sonar, está vez con una llamada entrante.

Miro la pantalla de este a regañadientes pero al ver número desconocido escrito en la pantalla, desvió la llamada.

Aprovecho para revisar la bandeja de mensajes y noto que ese mismo número me envío siete mensajes.

Inicio de chat

Número desconocido

Hola Sofía, ¿Cómo estás? Soy Daniel

22:01

Tome tu número prestado de tu hermano, espero que no te moleste. Te escribo para avisarte que David dormirá en mi casa está noche

22:02

¿Sofía Podrías responderme? Para saber si leíste los mensajes o no

22:10

Te estoy llamando ¿Podrías responderme?

22:15

Hey sé que estas brava conmigo por la forma en la que te hable la última vez y por ello te pido disculpas. Por eso me gustaría hablar contigo.

22:18

No debí de haberte hablado así, ni comportado de esa manera. Lo siento, me deje llevar por mis emociones y no medí cuan atrevido fui, espero que este incidente no afecte nuestra relación.

22:20

Enserio discúlpame

22:21

Número desconocido está escribiendo...

Si no le respondo creo que me escribirá toda la noche —pensé.

No te preocupes Daniel, no hay algo que disculpar.

22:22

Daniel

Ufff ?? Que bueno que me contestaste, ya estaba preocupado

22:23

Si no me dice no me doy cuenta —digo para mí misma.

Daniel

Y.... entonces, ¿Borrón y cuenta nueva?

22:24

Si, Borrón y cuenta nueva.

22:28

Daniel

Entonces ¿Qué te parece si iniciamos está nueva cuenta con una salida a comer helado, ir al cine o cualquier lugar que gustes mañana?

22:29

Lo siento Daniel, pero no puedo, mañana tengo planes. Mejor en otra ocasión.

Y no quiero parecer grosera o algo parecido pero es tarde y he tenido un día duro. Así que buenas noches.

22:50

Sg

Esta bien, entiendo. Buenas noches Sofía.

22:51

Fin de chat

Narra Daniel

—Hey,¿Qué te pasa mi hermano? — pregunta David.

— Nada, eso es lo que me pasa.

David me mira confundido.

— Pues entonces avísale a tu cara, porque no se ha enterado

Suspiro y me coloco las manos en mi rostro. Estoy más frustrado que antes de hacer la llamada.

— Entonces, me iré a molestar con los chicos un rato al salón.

No respondo y David da media vuelta para ir al salón.

Suspiro derrotado.

— Es Sofía.

David abre los ojos como plato.

— ¡No me digas que viene para acá, dispuesta a matarme! —Pregunta alarmado mirando afuera desde las ventanas—, Y-yo tengo que ocultarme de esa mujer hasta que su fuerza baje, o mis horas ya están contadas —finalizó dramáticamente.

Ruedo los ojos ante lo que veo, ver a David así me causaría mucha risa sino fuera por lo decepcionado que me encuentro.

Y todo por no controlar mis emociones —me regaño.

—No es eso David —digo y escucho como suspira aliviado— Sofía me gusta.

David se sentó enfrente mío.

— Daniel dime algo que no sepa —Dice David cruzado de brazos mientras que en su rostro se refleja obviedad.

Lo miro impresionado.

— ¿Lo sabias? — pregunto y asiente —¿No te molesta que me guste tu hermana?

David se encoge de hombros.

— Es su problema, no el mío.

— ¿Desde cuando lo sabes?

— Siempre lo he sabido. Mientras no estás, los chicos dicen que desde que conociste a Sofía, andas perdidos en tus pensamientos, cosa que no puedo corroborar a ciencia cierta porque aunque te vea así de perdido, pensé que así eras, ya que a Sofía y a mí me conociste el mismo día.

Es cierto — pienso.

— Además, desde que Sofía se metió en el club de música, no quieres salir del club. Vives más allí que en tu casa… —abrí la boca para protestar pero David me interrumpió—. Y no me digas que por la competencia, porque Viktor y Luka me dijeron que tú siempre estuviste en ese club, pero que sólo ibas un día antes de cada competencia o evento para saber que canción iban a tocar.

Calle, era cierto, definitivamente era más obvio de lo normal.

— Lo que no entiendo es ¿Por qué te gusta mi hermana? Sí, no puedo negar que no es fea, ya que tiene una cara decente y un bonito cuerpo pero ¿No vez como es su forma de ser? Es como una princesa físicamente pero en su forma de ser y actuar parece un ogro, una bruja ¡Un demonio! Ella sabe cómo dejarte callado pero por los insultos "decentes" que te da y ni hablar de sus golpes, a veces creo que debería de inscribirla en boxeo o algún club de lucha, porque para ser tan pequeña pega durísimo —dijo algo perturbador, como si recordará algo traumático— Ella da miedo con rabia, mucho miedo —se estremece.

— Ya lo veo —recordé— Está mañana corrieron por toda la escuela, como si tú fueras el ratón y ella el gato —me burle.

— Yo no le veo la gracia —dijo indignado.

— Claro que sí, si te das cuenta que la gata es más pequeña que el ratón —carcajee, mientras que David me tiraba cojines.

— Sí, Viktor ya lo sé. — habla Luka entrando al lugar— Me lo has dicho mil veces, déjame en paz.

— Hey ¿Por qué eres tan amargado? Comparte mi alegría.

Luka rodo los ojos...

— ¿Que sucede con ustedes? —digo mientras intento calmar mi risa.

— Lo que sucede es que...

— Mañana tendré una cita con Aninka —continúa Viktor feliz.

— Felicidades —dice David en dirección a Viktor— Por lo menos a un enamorado le salen las cosas bien —finaliza mirándome.

— Ni me lo recuerdes.

— Aja pero me quitaste su número para nada, ¿Ya le escribiste?

— Sí, le pedí disculpas por mi actitud de la mañana, me dijo que no había problema.

— Bueno eso es un avance ¿No creen? — Pregunta Luka mirando a los demás chicos los cuales asienten.

— Pero después la invite a salir mañana ¿Y qué creen? — los miro pero ellos no responden.

Suspiro

— Me dijo que ya tenía planes.

— Uff, rechazado —se burla David con Luka, mientras Viktor niega con la cabeza.

— Gracias, me siento mejor, David muchas gracias.

— Si te sirve de consuelo no eres el primero que rechaza mi hermana, ella es así. Es por eso que nunca ha tenido una cita con algún chico además de… — deja la oración sin terminar como si recordara que no debía hablar demás.

— David

— ¿Mmm?

— ¿Alguna vez te han dicho que eres pésimo consolando a los demás?

— Sí, un par de veces ¿Por qué?

— ¡Porque tienen toda la razón!

— Vamos Daniel, yo tengo la solución a tus problemas —lo miro confundido — Aninka y yo iremos a una cita mañana

— ¿Y a mí qué? — respondo

— Espera, espera está es la parte interesante. Aninka me dijo que Sofía vendrá con nosotros así que...

— Me apunto a tu cita —digo con renovado interés.

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