Capítulo 9

Mis dientes castañean de frío. El cuerpo de Matthew se aparta de mí y sale de la cama. No abro los ojos, me siento muy cansada para ver lo que hace. Oigo como enciende la chimenea del dormitorio, lanzando un poco de leña para entrar mejor en calor. Vuelve a la cama para solo sentarse.

—Mi Elizabeth—acaricia mi rostro.

No quiero que vea que estoy despierta.

—Nunca te he dicho esto...—se calla de inmediato—. Parezco un lunático hablando solo.

Me pareces tierno. Trato de disimular lo mejor posible de tener un sueño muy pesado. Matthew que trata de hablarme mientras duermo, un perfecto momento.

—Aún no puedo creer lo afortunado que fui de conocerte, quería hacer cualquier cosa que llamará tu atención para que no te alejaras...—suspira.

—No sabría decirte esto. Me cambiaste por completo la forma de ver las cosas que hacía a mi gusto. Fue un cambio que me asustó al principio...

¡Sólo escúpelo, Evans!

—Elizabeth, yo...—comienza a practicar—. Elizabeth sé que no estarás de acuerdo o tal vez no te agrade, pero, quisiera practicar de vez en cuando... Bondage. No, Evans, es demasiado directo eso.

Esta vez mi corazón se detiene. ¡No abras los ojos!, me suplica mi subconsciente mordiendo una almohada.

—Bueno, a dormir—me besa la frente.

Quiero contestarle... Pero no estoy segura de mi respuesta. Mi esposo quiere practicar bondage. La cabeza me va a explotar.

—Espero no haberte lastimado la mano.

Y es lo único que escucho antes de volverme a dormir.